Introducción
Somos cerca del castillo de les Sitges. En este recorte de encinar hemos oído primero y visto después, la bonita oropéndula. Un canto fuerte de pocas sílabas las delata.
La proximidad de la balsa que hay pocos metros más arriba, a la derecha de la carretera, y alguna higuera en el pueblo abandonado de las Sitges hacen que les guste el sitio. Viene de África a inicios de primavera para hacer el nido y se marchan a mediados de verano.
Aquí, los encinares son magros, con encinas pequeñas y a menudo con dos o tres troncos, resultado que han sido carboneadas. Son encinas de interior, continentales, muy diferentes de las de los encinares litorales, de árboles más grandes, más lozanos y con un sotobosque impenetrable, lleno de lianas.