Introducción
Seguiremos hacia la izquierda.
Nos encontramos en medio del torrente del Cargol, un curso de agua estrecho y escondido que, más allá de su escabrosa y salvaje belleza, conserva aceptablemente unos hábitats acuáticos que permiten una buena biodiversidad.
En el lugar se han podido ver, entre otras especies, la discreta tortuga galápago leproso, muy difícil de ver, tanto por sus costumbres acuáticos como por su vulnerable estado de conservación.
Junto con el galápago orbicularis es una de las especies de tortuga acuática autóctonas de la Península Ibérica. De hábitos depredadores, también ingiere alimento de origen vegetal. Se alimenta sobre todo de ranas, tritones, caracoles, insectos, gusanos, pequeños crustáceos, pequeños peces y sanguijuelas, entre otros. Vive en aguas continentales de ríos y pantanos, y sólo sale del agua para tomar el sol.
Se encuentra en un estado de conservación de peligro de extinción por culpa de la degradación de su hábitat y de la competencia de especies introducidas por el hombre como la tortuga de orejas rojas y la tortuga de orejas amarillas (dos subespecies de la tortuga de Florida).