Introducción
Capra pyrenaica hispanica.
Extinguida en Montserrat en los alrededores del siglo XVII y reintroducida en 1983 con ejemplares provenientes de los Ports de Tortosa, la cabra salvaje es un endemismo de la Península Ibérica.
Una de las características más relevantes de este tipo de cabra es su dedo. Tiene unos cascos con cantos muy duros que le permiten aprovechar cualquier relieve en la roca y una base blanda que le ofrece buena adherencia en todo tipo de suelo. Además, son típicos los enfrentamientos entre machos para conseguir el liderazgo del grupo.
Hay una diferencia acentuada entre sexos. Los machos pueden llegar a superar los 100 kg de peso y sus cuernos el metro de longitud, mientras que las hembras no suelen sobrepasar los 40 kg y sus cuernos son mucho más pequeños.
Suelen estar alejadas de los caminos más transitados y son más activas a primera hora de la mañana y al atardecer, cosa a tener en cuenta si las queremos observar.