Introducción
Con el inicio del siglo XX, Hostalets atrajo a la burguesía catalana con las viñas, el tren y la caza. Las aguas calizas también fueron un reclamo, y las fuentes se convirtieron en un lugar de paseo y encuentro de la gente del pueblo y de los veraneantes.
La Fuente de L’Ocata era una de las más concurridas. Está protegida por una glorieta de estilo modernista, con una cubierta de tejas a cuatro aguas. Junto a la fuente hay un majestuoso platanero, que fue plantado con el objetivo de proporcionar sombra a la gente que se acercaba a la fuente.
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