Introducción
En el transcurso de la ruta por el valle de Olzinelles encontraréis diferentes tipos de árboles: algunos ornamentales y muy singulares, como el cedro, el haya o los platanares que, hace muchos años, fueron plantados por los propietarios de la masía; otros árboles de medidas excepcionales, como chopos, robles o encinas; y también arbustos, tales como la aladierna que, además, es natural de la zona. Todos estos árboles se encuentran en muy buen estado gracias a diversos factores: el emplazamiento, las condiciones climáticas particulares del valle y la protección de los propietarios de la finca, que los han cuidado hasta convertirlos en metas referentes para la gente local.
Antes de encontrarse con el cedro y de pasar el pequeño torrente, el camino que se inicia a la derecha os acercará a la fuente del Aranyal (un rincón fresco y agradable, aunque no siempre con agua), que se encuentra a unos 400 m de aquí (este camino puede tardar unos 30 minutos entre la ida y la vuelta).
Pasado el cedro, sobre el puente y mirando aguas arriba, veréis el haya. Por otra parte, también os podéis fijar en los troncos de los chopos muertos, donde el pico picapinos construye su nido.