Introducción
Por este puente pasaba a pie y en carro toda la multitud de este valle tan urbanizado y donde la presencia humana es tan evidente: mercaderes, pastores, campesinos, arrieros de todo tipo (de baldosas, hielo o carbón), etc.
Gracias a este puente, pues, todas estas personas podían cruzar la riera, que a menudo, después de lluvias, estaba impracticable, puesto que esta riera recoge la escorrentía de muchos torrentes por encima de la última masía de Can Agustí (hasta aquí no llegaremos). Por otra parte, en los bordes, donde no hay plátanos, todavía quedan ejemplares típicos de bosque de ribera, como alisos, rebrotes de olmos y avellanos.
A continuación, encontraréis otra presa, que sirve para desviar el agua hacia balsas de riego. Hay que añadir que el agua que se helaba aquí también servía para llenar el pozo de hielo.