Introducción
Estos árboles, a menudo aislados, aportan una nota de color en el bosque. En los inicios de la primavera, antes de que los salgan las hojas, destacan con su floración blanca y rosada (tan diferente a floraciones de otros árboles, que pasan más desapercibidas). En otoño, el color rojo de las hojas sobresale sobre los pardos y ocres del resto de caducifolios.
Las cerezas, más pequeñas que las comerciales y no tan sabrosas, maduran a finales de junio-julio. En este caso, es el color rojo de los frutos lo que atrae a los pájaros, que se los comen y, al pasar por el aparato digestivo y salir de su cuerpo en forma de caca, consiguen que germinen nuevos cerezos (allí donde han hecho la caca).