Introducción
Aquí, el Torrente de la Salamadra se convierte en el arroyo de Sant Medir. La proximidad de la iglesia y la popularidad del camino favorecieron plantaciones de árboles como los plátanos de sombra.
Estos, junto a chopos, robles y almeces, hacen una franja de planifolios de elevado valor paisajístico en otoño. Las encinas que hay debajo de Sant Medir, protegidas de la tala por la proximidad a las edificaciones, son también singulares.
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