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Camino de los Monjes

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Ficha

Introducción

El Camino de los Monjes, vieja vía muy conocida entre los excursionistas, atraviesa los municipios de Sant Cugat, Sant Quirze del Vallès, Terrassa y Matadepera. Este camino de 25,3 kilómetros une, aún hoy, los monasterios de Sant Cugat y de Sant Llorenç del Munt, dos grandes ejemplos del románico y del gótico en nuestro país.

A lo largo de sus 25 kilómetros va subiendo desde los 100 metros de altura de Sant Cugat hasta los 1.050 metros de la cima de la Mola, donde está el monasterio de Sant Llorenç. Como cualquier sendero, se puede recorrer en ambos sentidos.

La primera noticia de la existencia de una comunidad monástica en la Mola es de mediados del siglo X; la construcción del templo románico data de la primera mitad del siglo XI, y su consagración de monjes benedictinos, se extiende desde el año 1064 hasta mediados del siglo XIX, momento en el que fue abandonado.

A pesar de la leyenda, hay constancia de la existencia de un fuerte vínculo que puso en relación ambos monasterios. El año 975, el conde Borrell II, que tenía su dominio, vendió Sant Llorenç al monasterio de Sant Cugat del Vallès, que tomó el control y estableció la regla benedictina. Desde entonces, la comunidad estuvo sometida a los intereses feudales de Sant Cugat. Sin embargo, en el año 1013, en la dinámica de cambios de propiedad y de jurisdicción característica de la época feudal, Sant Llorenç volvió a pasar a la casa condal de Barcelona.

Leyenda

La leyenda del Camino de los Monjes explica que los monjes de Sant Llorenç del Munt sufrían de fuertes penurias. A raíz de esta situación, los monjes pidieron permiso al obispo de Barcelona para instalarse en un lugar mejor. El obispo se lo permitió, pero tenían que cumplir una condición: "que andando rectamente y sin cruzar ningún río, torrente o arroyadero, se establecieran donde mejor les fuera". Aquella comunidad religiosa así lo hizo y se instaló en la ciudad de Sant Cugat, donde levantaron el monasterio y constituyeron su nueva comunidad en un espacio menos agreste y en unas condiciones mucho más favorables. Al transcurrir el tiempo, los monjes volvieron de nuevo a la cima, uniendo las dos comunidades. Allí construyeron la edificación de la Mola que conocemos actualmente.

Imágenes