Introducción
Quercus cerrioides
Sin formar un bosque propiamente, los robles se encuentran mezclados con las encinas o los pinos, siempre que se den las condiciones de humedad en el suelo y orientación más ombrívola. La máxima presencia la encontramos en las cabeceras y cauces de los torrentes. Estamos cruzando el Torrente de Can Marcet y los robles ofrecen un ambiente fresco. Debajo encontramos los arbustos como el cornejo o el espino albar; algún olmo y avellanos; enredaderas como la zarzaparrilla o la clemátide, y a ras de tierra, las hiedras y helechos como el polipodio o el polístico.
En los claros donde entra más luz, las zarzas y las emborrachacabras hacen un seto impenetrable que mamíferos como el tejón utilizan de refugio y protección en sus desplazamientos. En los árboles, sentiremos el repicar del pico picapinos, el canto de la oropéndola (en verano), o el aullar nocturno del cárabo.