Introducción
En el bosque se llevaban a cabo varias actividades econòmicas. Una de ella, aunque minoritaria, era la de los "pegaires", es decir, la de aquellos trabajadores cuyo oficio consistía en obtener pez. La pez se conseguía a partir de cocer, sin llegar a quemar, teas de pinos y otros arbustos resinosos. Así, las teas se apilaban verticalmente en el interior del horno, que se encendía por la parte superior (y no por el agujero frontal, que servía para cargar y limpiar el horno). El calor hacía salir del interior de la tea la resina. Este primer alquitrán corría por un orificio y terminaba cayendo en una olla a pie de horno, donde se hacía una segunda quema para eliminar ácidos y otras sustancias inflamables. A continuación, se dejaba enfriar y, así, se obtenía la pez . El proceso duraba un día.
La pez sólida y negra se cortaba en fracciones y, después, los trajinantes se encargaban de su distribución y venta.
Mientras que el alquitrán servía de combustible para lámparas, la pez era utilizada para aislar botas de vino, impermeabilizar casco de barcos, suelas de alpargatas, etc.
Estos hornos de Can Valls datan del siglo IX. Sin embargo, se sabe que ya existían en la Edad del Bronce y, hasta bien entrado el siglo XX, se siguieron utilizando. Pero lo que no está claro es que su emplazamiento actual sea el original.