Introducción
Los ‘caminos de arreo eran los aptos para animales de herradura. Pasaban por lugares angostos o muy empinados. Éste pasaba por debajo las Penyes de Can Rovira y bajaba al valle donde estaban las masías de cal Gep y can Rovira. El camino está empedrado y en muchos tramos vemos muros de piedra seca, tanto por la parte de arriba como haciendo de fundamento en la parte de abajo. Los animales cargados con portadoras o serones, bajaban la uva o las olivas abajo al pueblo.
En los rincones más sombríos de los muros de piedra, encontramos helechos. Es el caso de la doradilla, completamente cubierta por debajo de escamas doradas, y la falzia roja, empleada antiguamente para combatir la alopecia.