Introducción
El ciprés siempre ha sido un árbol de gran simbología, asociado al hombre y, de hecho, en este paseo es uno de nuestros acompañantes.
Encontramos dos tipos de cipreses y los diferenciamos principalmente por su corteza: el ciprés común, de corteza oscura y agrietada, y el ciprés de Arizona, con la corteza escamosa y de tonalidades rojas y azuladas. El ciprés común presenta variedades compactas como columnas y otras más abiertas.
Ambos tipos son utilizados como árboles ornamentales, pero el ciprés común (Cupressus sempervirens) tiene más aplicaciones. De las hojas se extrae un aceite ampliamente empleado en farmacia y, además, la decocción de sus hojas tiene propiedades calmantes y curativas para las morenas y otras varices.
El crecimiento en forma de columna y compacto de follaje opaco hace que haya sido muy utilizado en jardinería y en zonas agrícolas llanas y con fuertes vientos, donde se plantan pantallas vegetales para proteger los cultivos.
Por otra parte, en los alrededores del camino vemos unos rebrotes con numerosas hojas elípticas que caen en otoño. Es la robinia o acacia falsa, un árbol invasor, plantado antiguamente como ornamental y ahora para la contención de taludes de tierra.