Introducción
En la cima del monte de Sant Miquel encontramos los restos de la construcción que lleva el mismo nombre. Los restos más antiguos del conjunto datan de la época medieval. Corresponden a una posible torre de vigilancia, un tramo de muralla y una ermita con ábside poligonal y fortificado. De la torre no tenemos ninguna referencia escrita; la ermita, en cambio, estaba dedicada a san Miguel y fue levantada en estilo gótico a mediados de siglo XV. En 1848, durante la guerra, los restos de la ermita de Sant Miquel fueron aprovechados para armar dos torres de telegrafía óptica con el objetivo de disponer de una red de comunicación rápida y segura.
La situación del lugar es estratégica: domina visualmente los valles de Sant Daniel y Celrà, que se abren, respectivamente, hacia la llanura de Girona y la llanura del Ampurdán.
En el monte de Sant Miquel hay habilitada un área de picnic y recreo donde se puede descansar y recuperar fuerzas para la vuelta.