Introducción
La ciudad de Ribes de Freser nació al amparo del castillo de Sant Pere. Hoy un yacimiento arqueológico, se puede evocar en él la vida de la Edad Media, desde su fundación por los condes de Cerdanya en el entorno del año 1000 hasta su abandono en el siglo XVI.
Inicialmente constaba sólo de una pequeña torre donde residía un castellano y su familia. Su funcionalidad era controlar la frontera entre el condado de Cerdanya, al que pertenecía Ribes, y el de Besalú. A partir del año 1276, la Vall de Ribes se convirtió en parte del reino de Mallorca, momento en que se creó una verdadera red defensiva debido a la creciente conflictividad entre las dos monarquías hermanas.
En 1374 es cuando el castillo cogió su fisonomía actual, con varias terrazas superpuestas. Asimismo, en el norte se excavó un profundo foso que permitía mejorar enormemente las posibilidades defensivas. La provisión de agua se aseguraba mediante una pequeña cisterna cubierta con bóveda de piedra, ubicada en el ángulo noreste.