Introducción
El Castillo del Montgrí se erigió por orden del rey Jaime II a finales del siglo XIII para combatir el poder de los condes de Empúries, y no está finalizado todavía. Se empezó a construir por Bernat de Llabià, gobernador de Torroella, en 1294, como punto de control para un enfrentamiento entre Jaime el Justo y Ponce V, conde de Empúries, pero las obras se interrumpieron en el 1301 y la construcción no se acabó, debido a la consolidación del poder del condado de Barcelona frente al condado de Empúries.
Los castillos de Bellcaire y del Montgrí todavía se miran desafiantes. Ambos son testimonio de la lucha encarnizada de la monarquía contra el poder feudal. La lucha acabó con la incorporación del condado a la corona, tras ocasionar la ruina de la comarca.
La construcción inacabada se construyó en siete años y se pagó mediante impuestos extraordinarios aplicados a los habitantes de Torroella y también por los impuestos aplicados a las parejas de bueyes de la gente de Ullà y Albons. Su dotación durante un siglo y medio fue de diez hombres, una bestia de carga y dos mastines. Después permaneció abandonado durante siglos.