Introducción
Esta cala de aguas cristalinas, orientada a levante y de unos 150 m de longitud, es la segunda mayor en extensión de las que hay en el macizo del Montgrí, después de la Cala Montgó. Queda protegida por la roca y los pinos que la rodean; también por los islotes que tiene delante. Está situada al final de una gran arroyada que en las épocas húmedas transporta un caudal de aguas limpias y aporta rocas y cantos rodados a la playa. Si nos fijamos, en el lado derecho de la cala y junto a los restos de una barraca de pescadores, podemos ver una surgencia de agua dulce que mana entre las rocas.
El fondo marino de la cala es de una gran riqueza y podemos observar algunas de las especies que viven en las próximas Islas Medas.