Introducción
Las dunas litorales son acumulaciones de arena arrastradas por el viento y depositadas sobre un obstáculo sólido. Se trata de un proceso lento que, sin la ayuda de vegetación fijadora, desaparecería del mismo modo que se ha formado. Para la formación de complejos dunares son necesarias algunas condiciones indispensables: playas poco inclinadas, vientos marinos fuertes, poca humedad, precipitaciones moderadas y un importante suministro de arenas. El medio arenoso de las dunas hace que solo unas pocas especies bien adaptadas de flora y fauna puedan sobrevivir en él. Las principales especies de plantas fijadoras son el barrón (Ammophilia arenaria) y la cizaña de playa (Elymus fractus), con un tallo subterráneo (rizoma) que les permite fijarse a la arena.