Introducción
Estamos subiendo por una solana llena de encinas de hoja pequeña o carrascas. Son encinas continentales, de montaña, de clima seco y frío. Las difíciles condiciones de vida hace que no crezcan demasiado. También ha ayudado la fuerte presión que han recibido por parte del hombre al ser cortadas secularmente para obtener leña para el fuego y carbón.
Es un encinar degradado y evolutivamente da lugar a una garriga. La coscoja es el arbusto dominante que rodea estas encinas: parece una encina pequeña con hojas más espinosas. También encontramos enebros y sabinas acompañando la coscoja. En los claros domina el matorral calcícola de romero.
Esto contrasta con la cara norte de la sierra. Es similar a la que tiene al otro lado del valle. La vertiente umbría del valle de Àger está llena de robles. Cuando los suelos son más arcillosos, frescos y profundos, el quejigo hace acto de presencia y en las partes altas es sustituido por el roble pubescente.