Introducción
La jornada en el campo era larga. La lluvia o el fuerte sol en verano hacían necesario un cobijo donde poder refugiar y descansar.
Servía también como lugar donde dejar las herramientas y la comida, protegida de las alimañas.
Por eso que, de vez en cuando, encontramos pequeñas puertas integradas en los muros, que dan paso a un habitáculo modesto con las funciones mencionadas.
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