Introducción
Recorriendo los muros de piedra para margenar el terreno y conseguir más tierras planas de cultivo, llegamos a un punto de reposo para disfrutar de espectaculares vistas.
Visualmente, si seguimos el Noguera Pallaresa aguas arriba, llegamos a las cumbres lejanas, destacando la cima de la Pica d’Estats.
Estamos rodeados del bosque caducifolio que, poco a poco, irá escondiendo el mosaico, aún hoy presente, de campos de cultivo y de siega. En otoño disfrutaremos de un espectáculo cromático. Los primeros rojos vivos, corresponden a los cerezos silvestres que salpican estos recortes de bosque.
Un poco más adelante pasaremos por encima del pequeño, pero encantador, pueblo de Castellviny.