Introducción
Al otro lado del barranco hace un momento hemos visto los escombros del pequeño caserío ("maset", en catalán) de Viuva y ahora estamos a la altura del caserío de Coró (escombros tapados por la vegetación). Estamos junto al barranco de Els Masets. En el llano de encima están los pequeños caseríos de Ponciano.
Mirando el torrente podemos ver que los robledales que antes lo cubrían y que se cortaron para favorecer campos de cereales y pastos han quedado marginados en los barrancos y en los bordes de los campos.
Este ambiente de torrente con franjas de bosque cercanas a campos es propicio para un ciervo muy pequeño: el corzo. De día se esconde aquí y por las tardes sale a pastar por los campos. No sería difícil ver alguno que se marcha corriendo, asustado por haberos visto bajar. Al macho le caen los cuernos entre febrero y junio. Cuando es época de celo: julio-agosto, lo podemos sentir ladrar como si fuera un perro para marcar su territorio. Si encuentráis una cría no la toquéis, ya que la madre podría rechazarla al sentir olor humano.