Introducción
En un pueblo eminentemente agrícola, como fue Altafulla a principios del s. XX y anteriores, había una serie de construcciones relacionadas con la explotación agropecuaria.
Las barracas de viña, como ésta, construidas con piedra en seco a partir de un perímetro circular, se levantan disponiendo las piedras sin desbastar en hiladas hasta convertirse en circulares, luego son cubiertas con piedras planas unas sobre otras hasta conseguir una falsa cúpula. Encima se suele poner rocallas y tierra. Ofrecen cobijo a los trabajadores en las horas más soleadas y en días de lluvia, y sirven también para guardar los aperos.
En Altafulla se han contabilizado unas 41.
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