Descripción
El santuario de Sant Grau está situado a 15 km de Tossa, en el macizo de Cadiretes. Se accede por la carretera que va de Tossa en Sant Feliu de Guíxols por la costa.
El exterior del edificio es de estilo neogótico.
Su historia se remonta a una leyenda popular que dice que san Geraldo de Aurillac (en catalán, sant Grau) vivió en el siglo IX, y que en el año 1200 la reina María de Montpellier, madre de Jaime I el Conquistador, logró obtener unas reliquias del santo que provenían de Aurillac y las depositó en el santuario.
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