Guardiola de Berguedà

Flag

En la confluencia de los ríos Bastareny y Llobregat

El actual núcleo de Guardiola de Berguedà surgió, prácticamente todo, a partir de principios del siglo XX con el auge de la actividad minera y la llegada en 1904 del ferrocarril que subía de Manresa y Berga siguiendo el Valle del Llobregat. Hasta el nacimiento del núcleo, el término era ocupado sólo por masías y la escasa población era toda diseminada. Las antiguas parroquias que forman parte del actual municipio, sin embargo, ya están documentadas desde los siglos IX y X, así como el llamado Castillo de Guardiola, levantado estratégicamente para dominar la confluencia de los valles del Llobregat, del Río de Saldes y del Bastareny. Muy pronto, el castillo y toda esta zona pasaron al dominio del monasterio de Sant Llorenç, que marcó los designios del término hasta casi el siglo XIV.

A partir del siglo XIX y principios del XX el desarrollo de la minería y la industrialización causaron el asentamiento de mano de obra venida de lejos al actual núcleo de Guardiola, que tuvo un fuerte crecimiento. Tras varios años de próspero pasado, gracias a la actividad minera y en la industria, así como una significativa actividad comercial, el municipio ha sufrido desde los años 80 del siglo XX la práctica desaparición de la minería y la actividad industrial, lo que de hecho ha provocado la pérdida de una parte importante del volumen de la población. Actualmente no alcanza los 1000 habitantes censados.

Hoy una de las mejores riquezas del municipio es la buena valoración de su paisaje y del medio natural cercano, que facilita la actividad ecoturística y constituye el actual motor económico en la zona, en parte también potenciada por la proximidad al Parque Natural del Cadí-Moixeró. Sus profundos y bien conservados bosques hacen del lugar un muy buen lugar para la práctica del senderismo y de actividades en la naturaleza, sobre todo en verano. La restauración y la puesta en valor patrimonial del monasterio de Sant Llorenç y del pasado minero en la mina de petróleo de Riutort, también han permitido el aumento de las visitas relacionadas con el turismo cultural.

Algunos de los eventos festivos más arraigados en el municipio son: las Caramelles, por Pascua; la Festa de Sant Marc, con un encuentro en la iglesia de Brocà; la Festa de la Truitada, el segundo domingo de mayo; la Festa Major de Sant Llorenç, en agosto; el aplec en la iglesia de Sant Andreu de Gréixer, a finales de noviembre; y el conocido Mercat del Bolet, durante los meses de septiembre y octubre, además de un día concreto de mercado especial, con actividades y otros eventos.