Introducción
Estamos en el llano de la Vaquerissa, con vistas a los prados alpinos y a las cimas del monte de Dòrria, del Puigmal delante y, al fondo, de la Dou, a nuestra derecha.
Vemos cómo los matorrales escapan del bosque de pino negro e invaden los prados de pasto subalpinos. El arbusto dominante es la enebrina (lo tenemos a los lados).
Entre las enebrinas se ve una planta con las hojas divididas y una espiga de hermosas flores azules entre julio y agosto. Es el acónito (foto), acónito azul, matalobos de flor azul, matalobos, hierba tora o hierba venenosa. ATENCIÓN: toda la planta es MUY TÓXICA, especialmente los rizomas (raíces) y las semillas. En caso de ingesta de alguna parte de la planta la muerte puede sobrevenir al cabo de una o dos horas después, como consecuencia de las arritmias o por parálisis respiratoria causada, a veces, por un edema pulmonar. El pronóstico es muy grave. El acónito ya era conocido en Asia hace más de 2.000 años, donde se había utilizado como veneno para las flechas y como agente homicida. En Europa se había utilizado en ejecuciones en la Edad Media.
Sale en los prados pastoreados y húmedos formando rodales que el ganado no se come. La aconitina es el principio activo y tiene propiedades medicinales que solo los expertos pueden emplear al conocer exactamente el contenido de este elemento.
El arbusto dominante, la enebrina, es la variedad enana (50 cm) de los enebros que conocemos en la montaña media (1-5 m) y crece en prados subalpinos. Es esta mata baja punzante con hojas aciculares con una raya clara. Los frutos astringentes se utilizan para curar la carne o bien secos para hacer salsas. Para eliminar las enebrinas que invaden los pastos basta con quemarlos, ya que no rebrotan.