Introducción
Estas formaciones lineales, en este caso de cipreses, pero en otros casos de chopos, plátanos de sombra, fresnos, etc., son características del bajo Ter y, a su valor paisajístico, se suma la gran importancia que tienen para el mantenimiento de la biodiversidad. Son conservadores de la humedad y crean un microclima muy importante para las especies vegetales de su entorno. Desempeñan la función de corredor y refugio para una gran variedad de pequeños mamíferos o reptiles en un entorno muy expuesto.
Otras de sus funciones son, por ejemplo, la de evitar la erosión del suelo y la difusión de contaminantes.
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