Ruta por el valle de Siarb

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Paisajes del valle de Siarb.

Salimos de Sort por el camino de las Vernedes, bordeando el río Noguera Pallaresa aguas abajo. Llegando a un gran sauce aislado, junto al camino, veremos en el otro lado una masa forestal de ribera formada principalmente por alisos, también fresnos y chopos. Encima se asoma la ermita del Soler.

Llegamos al río del Cantó, sin cruzarlo seguimos por un técnico sendero entre encinas, aguas arriba, dirección Soriguera. La vegetación de ribera del fondo del valle nos sombrea y refresca. Sauces, fresnos, chopos, mezclados de vez en cuando con algún pino rojo y encinas propias de las laderas del valle.

Cruzamos prados de pasto abandonados donde los matorrales y el bosque ganan espacio. La borda del Orient, construcción imponente, nos hace darnos cuenta de la importancia de los prados de siega y los rebaños en épocas no tan lejanas.

Cruzamos el río y empezamos a subir, la vegetación se transforma y el dominio caducifolio deja paso al bosque de pinos. Al llegar a la ruina de la casa forestal de Llaveners, los prados se vuelven a manifestar. Los fresnos alrededor de la casa y un gran nogal evidencian las plantaciones de los agricultores y ganaderos cuando aprovechaban la madera y el ramaje de estos árboles.

Desde Llaveners llegamos a la carretera asfaltada de acceso a Puigforniu. Tenemos buenas vistas sobre el pueblo de Vilamur y la parte media del valle, con el estrechamiento bajo Soriguera.

Volveremos a bajar al río del Cantó, para volver a subir hasta Vilamur, cruzando campos de siega entre el encinar y el bosque caducifolio en los rincones más sombríos. Justo debajo del pueblo, disfrutaremos de fantásticas vistas sobre la ruta que hemos hecho; el pueblo de Penyafort ante nosotros. Al otro lado del valle del Noguera Pallaresa, tenéis el Batlliu de Sort. Por encima y un poco a la derecha, el valle de Àssua, los pastos alpinos de Llessui y el Montsent de Pallars detrás.

En Vilamur, vale la pena dar un paseo por los callejones. Era una villa cerrada. Veréis la puerta de entrada al lado de la iglesia. Hay fuente para reponer agua.

Salimos a la carretera N-260 y unos metros abajo se coge a la derecha una pista que más tarde pasará a maravilloso sendero de descenso. Iremos atravesando matorrales, bosques replantados de pino rojo y encinares secos y pedregosos en la parte baja, justo antes de llegar de nuevo a Sort.