Introducción
Estamos en la cima de la montaña de Burriac, a 401 m de altura. Desde esta atalaya privilegiada tenemos vistas a gran parte de la fachada litoral del Maresme y a la parte norte del Barcelonès, así como a las sierras del Montnegre-Corredor, al Turó de l'Home, al Matagalls y a los riscos de Bertí.
Se tiene constancia de la existencia de esta construcción desde el año 1017, cuando la condesa Ermesenda entregó el castillo a su hijo Ramón Berenguer I.
En 1993, a raíz de la intervención arqueológica, se pudieran establecer tres fases constructivas: la primera, de época romana, entre los siglos II y I aC, de la cual se encontraron los restos de una cisterna; la segunda fase, durante el altomedieval, entre los siglos XI y XIV, que corresponde a gran parte del recinto superior del castillo y parte del baluarte norte del recinto inferior; y, finalmente, la fase bajomedieval, a partir del siglo XV, que coincide con gran parte del recinto inferior del castillo. Estas últimas reformas se atribuyen a la época en que el propietario fue Pere Joan Ferrer.
Sin embargo, los habitantes de Argentona sienten el castillo como propio y es fácil encontrar allí gente del pueblo los fines de semana. Además, el castillo de Burriac sirve de barómetro improvisado, ya que como dice el dicho: "Núvols a Burriac, pluja aviat" (nubes en Burriac, pronto lluvia).
Fuente: Web Ayuntamiento de Argentona