Introducción
La fuente, de agua no potable, nace en una antigua cueva a la sombra de una higuera, como aún se puede ver en la fuente de la Fàbrega. Alrededor del caño los depósitos calcáreos han ido produciendo unas bonitas formas orgánicas, que debido a su elevado grado de humedad son cubiertas de hepáticas y pequeños musgos.
El lavadero tiene dos zonas de lavado hechas de losas de piedra arenisca y presenta una inclinación de 30°, con una canal que recoge el agua y el jabón. Entre las dos zonas hay un canalón que permite salir el agua sobrante que se pierde en escorrentía. Es un elemento urbano característico de muchos pueblos, donde a su alrededor había todo un mundo exclusivo de las mujeres. El lavadero era un espacio para lavar la ropa pero a la vez de relación social, convirtiéndose así en un punto de encuentro y donde poder charlar, rumorear y cantar mientras se iban dando golpes de pala sobre la ropa mojada. La llegada del agua corriente a las casas y la posterior introducción de las lavadoras, hizo que los lavaderos públicos cayeran en desuso.
El agua sobrante va al torrente, lugar adecuado para hacer la huerta de autoconsumo.