Introducción
Hay rincones donde la humedad hace que los musgos se hagan abundantes. Si añadimos los helechos, las hiedras por tierra, algún acebo y la presencia de los avellanos, tenemos la sensación de estar en un bosque tropical húmedo.
Hay dos helechos que destacan sobre el resto. El helecho de avellanosa y el helecho real.
El helecho de avellanosa (Polystichum setiferum), hace una roseta espectacular, en forma de corona de hojas lanceoladas y largas, doblemente divididas. Por debajo de la hoja encontraremos unas costras circulares, de color marrón cuando son maduras, llamadas soros (órganos reproductores). Abundante en las umbrías de bosques húmedos y caducifolios.
El helecho real (Osmunda regalis), parece una planta normal a ojos profanos. Este helecho, más típico de la zona atlántica, es el más grande de Europa y está protegido en Cataluña: Montseny, la Albera, Cadiretes. Es un buen indicador de la calidad de los ríos. En el norte de España (Cantabria, Asturias), es un remedio popular muy valorado. Su uso no se ha abandonado y muchos prefieren este remedio a la medicina convencional. La parte central de su "raíz" (rizoma) se macera en vino blanco. Este vino se toma principalmente para ayudar a soldar roturas, trastornos de las articulaciones y dolores reumáticos.