Introducción
La capacidad destructiva del fuego varía a lo largo de la superficie quemada. La vegetación que encontramos aquí es el resultado de ello. Eliminados los árboles, los arbustos que tienen capacidad de rebrotar lo harán y, donde no, tendremos claros donde aparecerán otras especies.
El brezo arbóreo y el madroño han rebrotado. Allí donde domina el madroño (Arbutus unedo) tenemos un madroñal. Muy bonito cuando, en invierno, se llena de los frutos llamados "cireres de pastor" ("cerezas de pastor").
Donde quedó más claro aparecen arbustos bajos como el romero, la aliaga y la estepa negra. Todos ellos de hermosas floraciones invernales (azul y amarillo), menos la estepa que florece en blanco en primavera.
Este nuevo ambiente crea una mayor diversidad paisajística y, en consecuencia, también favorece la presencia de otras aves como son las currucas, insectos como las mariposas y reptiles que quieren lugares donde el sol caliente el suelo.