Introducción
Esta casa de campo, hoy convertida en un alojamiento rural, es una de las que conforman la aldea de Brocà (constituida como ciudad en el año 839), alrededor de la iglesia de Sant Martí de Brocà, junto con otras masía como la de Vilella, Rotllan o Cosí. La iglesia se halla encima nuestro, siguiendo camino arriba, cruzando toda la vertiente de bancales de pasto.
Nosotros iremos por otro lugar pero una de las opciones es volver de la mina por el mismo sitio hasta aquí y entonces subir a la iglesia.
Hoy, los campos y bancales de pasto aún rodean el caserío, aunque se realizan otras actividades de ocio relacionadas con la casa rural. En los márgenes de los bancales crecen endrinos: arbustos punzantes de hoja caduca que, con sus frutos globosos de color azulado en maceración sirven para hacer el pacharán. Se deben recolectar en septiembre después de las primeras heladas.
Es destacable, al llegar a la casa, el camino empedrado acompañado de un muro de piedra seca y de una hilera de bonitos almeces.
Estos árboles, plantados al lado del caserío, ofrecían una buena sombra y su madera era muy adecuado para hacer utensilios del campo. Sus frutos, las almezas, son comestibles pero tienen muy poca pulpa.