Introducción
Al llegar a este punto podemos observar una hiedra (Hedera helix) encima de la roca que cabe destacar por su tamaño.
Es una familiar planta que se hace en lugares sombríos y frescos de encinares y robledales. Como todas las hiedras, la encontramos tapizando el suelo, o bien trepando por troncos y piedras con la ayuda de falsas raíces que salen de los brotes jóvenes. Es de hoja persistente y puede vivir hasta 500 años. Los frutos son unas bayas carnosas negras que sirven de alimento a muchos pájaros del bosque. Tiene muchas aplicaciones medicinales, pero hay que decir que si nos las comemos en crudo pueden resultar tóxicas.
El bosque de alrededor es un pinar secundario (no original) de pino blanco que ocupa el lugar del encinar mediterráneo que debía haber siglos atrás. En las partes más frescas algunas encinas y robles aún se dejan ver. El sotobosque de transición al encinar, ahora está lleno de lentiscos, carrizo y coscoja, entre otros.
Por el camino seguro que también habremos visto algún pie de palmito. Esta pequeña palmera tiene en este sector catalán su límite de distribución septentrional. Está protegida. Antiguamente se utilizaba para hacer cestas, sombreros y otros complementos.