Introducción
Al seguir, ¡no bajéis por la pista! Tomad el camino arriba hacia Roques Albes.
Esta aldea en el extremo de levante del término de Sallent y dentro de la antigua parroquia de Sant Martí de Serraïma, se encuentra en un emplazamiento mágico, sobre un gran valle (fauces magna) que le habrá dado el nombre.
La iglesia de Santa Maria de Fucimanya
A pesar de tener tradición románica (s.XII y antes), la iglesia no conserva restos de esta época debido al derrumbe sufrido durante el terremoto del siglo XV.
La nueva capilla subsistió hasta el 1679, año en que se procedió a la renovación y ampliación actuales, dejándole pocos elementos de interés arquitectónico. Entre estos, destaca el campanario de dos ojos (conserva una sola campana) con un escudo episcopal entre los dos; la decoración pictórica de la bóveda y el camarín de la Virgen. Conserva colección de exvotos y talla gótica del siglo XVI. El antiguo altar barroco fue quemado durante la guerra civil de 1936-1939.
El amor y devoción de los vecinos ha tenido siempre bien adornado y arreglado este pequeño santuario, que contó como insigne devoto con el sallentino Sant Antoni Maria Claret i Clarà, y que es objeto de la predilección de los fieles de un buen sector del Pla de Bages.
Mas de Fucimanya, antes Roques Albes o Pedralba
Conserva importantes ventanas de estilo gótico, una puerta dovelada y una bodega con prensa de gran tamaño. En la entrada se conservan bóvedas apuntadas de piedra, destacando con especial importancia la Sala Capitular del primer piso, actualmente desván, de un cuidado estilo gótico catalán.
En el exterior se observan las sucesivas ampliaciones por los diferentes niveles de los tejados y las irregularidades de las fachadas. En algún tramo hay contrafuertes exteriores de apoyo.