Introducción
Los árboles que encontramos en la plaza son plataneros. Los mismos vecinos pidieron permiso al Ayuntamiento para plantarlos en 1874. Con la iniciativa municipal se mejoró la plaza en 1909 y se volvieron a plantar plataneros. Actualmente los hay centenarios, aunque alguno de ellos se han ido sustituyendo a lo largo de los años.
Se plantaron en una distribución geométrica enmarcando la plaza y su interior en un espacio de plantación que ofrece unas buenas sombras. Tienen una formación extendida de paraguas, y en el pasado habían llegado a cubrir toda la plaza como una gran sombrilla.
Actualmente hay algunos que ya no están, otros se han sustituido, en parte debido a su natural estado fisiológico de envejecimiento, y también por debilitamiento, ya que se encuentran en un medio urbano de elevada compactación mecánica del suelo, con varias obras en su entorno a lo largo de los años y con un subsuelo que no acaba de tener las condiciones idóneas para su óptimo desarrollo. Hay que considerar también que en periodos anteriores al retorno de los ayuntamientos democráticos habían llegado a podar intensamente de manera abusiva e innecesaria, lo que produjo heridas que no llegaban a cerrar y quedaban abiertas. Esto facilitaba la penetración del agua de las lluvias y de humedades con insectos y hongos propios de la madera que provocaban su descomposición interna progresivamente. A lo largo de los años, se formaban cavidades que estropeaban la madera gravemente y debilitaban las ramas, las cuales a veces no podían soportar el peso de su copa y acababan cayendo. Este proceso dañaba el árbol en general, acortaba su vitalidad, haciendo que muriera antes de tiempo o debiendo cortarlos y sustituirlos, como está pasando con algunos de ellos.
El Ayuntamiento ha llevado a cabo un seguimiento y tratamientos continuados junto con la Generalidad de Cataluña para mantenerlos en las mejores condiciones posibles. Teniendo en cuenta su evolución el Ayuntamiento ha puesto en marcha un plan de restauración y de sustitución progresiva de estos árboles, potenciando la forma extendida, proporcional y equilibrada de sus copas y preservando la identidad de marcado carácter mediterráneo de este espacio.
Fuera de las ciudades a menudo los encontramos asociados a ambientes de ribera. Su rápido crecimiento lo hace muy productivo. Principalmente se hace pasta de papel, cajas de madera para fruta y palitos, mangos para herramientas, pero actualmente no se explota mucho su madera.