Introducción
Una de las actividades que se realizaba en estos bosques era la extracción de la corteza de corcho del árbol, la conocida "saca del corcho" (a este tipo de árbol se le podía sacar la corteza porque la regeneraba). Cuanto más diámetro tenía el árbol, más grandes y más valoradas eran las planchas que se obtenían. Cada 9 años, al comienzo del verano, se hacía la saca del corcho. Una vez hecha, el tronco del árbol quedaba liso y de un color rojo oscuro.
Las corchas o planchas de corcho, una vez extraídas del árbol, sufrían una serie de operaciones artesanales hasta tener el material listo para obtener los tapones: prensar y dejar reposar (de 9 a 12 meses), clasificar en función del uso, y hervir y dejar reposar de nuevo (de 7 a 15 días). Después, comenzaban los procesos de manufactura con otras operaciones: raspar, rebanar y encuadrar para convertir las rebanadas de corcho en prismas del tamaño de un tapón. Además, el "carrador" (persona encargada de rebanar las planchas de corcho para extraer prismas de corcho) debía ser bueno para aprovechar el máximo de material.