Introducción
Bajamos al pueblo por el llano de la Costa y podemos ver los diferentes barrios, hoy unidos gracias al hecho que la acción divisoria de los torrentes ha sido anulada por el desarrollo urbano.
Detrás, en dirección al mar, las colinas apoyan el pueblo: el Puig del Prat, el Farell y el Solanas.
Además, pasamos por un antiguo camino ganadero hecho de losas de piedra y junto al cual se encuentran antiguos márgenes también de piedra seca que, en su día, servían para crear pequeños rellanos o terrazas donde poder plantar almendros y olivos.
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