Introducción
Es uno de los mejores ejemplos de formación cárstica de la zona. Se ha ido formando a lo largo de millones de años a través de las filtraciones de agua que vienen de todo el macizo del Montcau, disolviendo el carbonato cálcico del conglomerado y formando simas y grietas que con el tiempo se van ensanchando. A pesar de la constante y grave expoliación, aún conserva buenos ejemplos de estalactitas y estalagmitas en su interior más profundo.
Muy conocida en la región, ya había sido habitada durante el neolítico, el periodo ibérico y en la Edad Media, hasta temporalmente casi nuestros días. Fue explorada completamente por primera vez en 1911 y su recorrido practicable alcanza casi los 400 m. De hecho, la cueva Simanya forma un conjunto con otras cavidades menores que encontramos en este mismo resalte: la cueva del Triangle, la cueva Simanya Petita y la Nova y la cueva de L'Àngel. Es muy probable que existan pequeñas comunicaciones entras ellas en lo más profundo del interior de la montaña.
La cueva ha inspirado leyendas y relatos como guarida de bandoleros, de dragones y de fieras, incluso aparece en el imaginario popular como entrada a una ciudad encantada. Joan Amades hablaba de la existencia de una antigua imagen de la Virgen encontrada en su interior.
Permite una fácil exploración al mismo nivel hasta casi un centenar de metros adentro. Llevad frontal de luz y mejor, también, si vais con impermeable, un pantalón de repuesto y botas de agua, ya que en épocas de lluvia se forman bastantes goteras, grandes acumulaciones de charcos y mucho barro. Si no, ¡podéis salir bien empapados y rebozados!