Introducción
Sin duda, es de cumplimiento obligado hablar del conglomerado, el tipo de formación rocosa no compacta que nos ha acompañado y que nos acompañará a lo largo de todo este itinerario. El conglomerado es un tipo de roca sedimentaria de tipo detrítico, es decir, formada por un conjunto de fragmentos de piedras, guijarros, etc. unidas por un cemento que puede ser calcáreo o silicio. Es el mismo tipo de roca que podemos encontrar en Montserrat, en el Montsant y en muchos otros lugares de Cataluña. La formación de estas rocas tuvo lugar hace unos 40 millones de años, cuando la cuenca del Ebro era una prolongación del océano Atlántico. En los márgenes de la cuenca se acumulaban sedimentos que, al consolidarse, dieron lugar al conglomerado.
En la zona por donde transcurrimos abunda principalmente el de tipo polimícticos, formado por un número muy diverso de fragmentos unidos por gres rojizo, dando estas características coloraciones cuando es mirado de lejos y entre las grietas y cortes que forma la roca. Es un tipo de terreno muy expuesto a la erosión desigual, formando riscos y las características agujas y repisas, así como la gran formación de fenómenos cársticos y de hidrología subterránea, como las simas, cuevas y ríos subterráneos. Pronto podremos ver un buen ejemplo: la cueva Simanya.