Introducción
Para aprovechar la piedra caliza, entre los siglos XVII y XIX, una de las actividades que ayudaban a la economía local era la producción de cal, a partir de cocer la piedra a altas temperaturas.
Se extraían unas 50 toneladas de terrones o cal viva, que al mezclarse con agua, tenía diferentes usos: encalado de paredes, desinfectar pozos, cisternas y corrales; mezclado con arena se hacía mortero de cal para juntar piedras o revocar fachadas, etc.
Los hornos eran construidos muy cerca de un camino, permitiendo un cómodo acceso y la rápida distribución de la cal. Esta actividad cayó en desuso hacia los años 60 con la industrialización del proceso.
Sin imagenes para mostrar.