Introducción
He aquí unas viejas higueras, de gruesos troncos y grandes sombras, que deberían formar parte de los bancales de la zona de los huertos del Sardà, hoy integradas en los nuevos viales que permiten una comunicación más fluida y directa entre los antiguos núcleos de La Serra y El Sardà. Se ha tenido la sensibilidad de conservarlas aunque no es un árbol que abunde en nuevos ajardinamientos ni en tramas urbanas, ya que su entorno inmediato se ve ciertamente perjudicado hacia otras especies por la espesa sombra que produce y la gran desbroce de higos maduros que poco o mucho siempre caen al suelo produciendo un entorno embadurnado y con atracción de todo tipo de moscas y otros insectos. Pero los campesinos de antes apreciaban su sombra y estaban al acecho en cuando los higos maduraban, entre agosto y octubre, y las recogían casi todas antes de que cayeran al suelo. Si es la época y estan a punto, comed alguna, que son muy dulces.