Introducción
Esta barraca, aérea adosada al margen, incorpora la técnica de las barracas llamadas olesanas, incorporando el envigado de madera y losas de piedra encima, todo acabado con una cobertura de barro para impermeabilizarla.
Como ya se ha comentado anteriormente, actualmente toda esta rinconada que hemos recorrido estaba profusamente ocupada por los viñedos. Actualmente, sin embargo, hemos ido transitando por jarales de estepa blanca (la que hace la flor rosa) combinada con otras pequeñas matas, entre las que destacan las extensiones de tomillo, y algunos bosques de pinos y encinas más bien pequeños. Además del abandono de la viña, a principios del siglo XX debido a la plaga de la filoxera, hay que decir que todos estos contornos han sido muy alterados posteriormente por los incendios, lo que ha propiciado la interrupción del normal desarrollo de la vegetación arbórea más allá de las pequeñas manchas de bosque que sobrevivieron. En época de floración de la jara blanca y del tomillo, entre mediados de abril y finales de mayo, la estampa de color de estos rodales es de una gran belleza.