Introducción
Los alcornocales son propios de estos terrenos silíceos, arenosos, de clima templado y relativamente lluvioso. Cuando coexisten con encinares, estos últimos se desplazan a los terrenos más sombríos y húmedos.
Las especies que acompañan los alcornoques son similares a las del encinar litoral, con presencia, pero, de brezo, retama loca y estepa donde el sotobosque ha sido alterado.
Los árboles de estas alcornocales, los alcornoques (Quercus suber), son pequeños, a menudo con más de un tronco. La falta de árboles maduros se explica por la fuerte explotación del bosque que se hizo en tiempos pasados para obtener carbón.
Cada 9 años, al comienzo del verano se hace la saca del corcho. Pero sólo se pelan los árboles de mayor diámetro, ya que son los únicos que, una vez pelados, regeneran la corteza extraída. Llama la atención el tronco liso y de color rojo oscuro que les queda después de sacarles el corcho. En cuanto a las planchas de corcho, una vez extraídas del árbol, se les aplica una serie de operaciones artesanales hasta tener el material listo para obtener los tapones de corcho.