Introducción
Can Vilar, una masía que se encuentra dispersa por el término municipal -como todas las masías de la zona-, se levanta en una cañada rodeada de bosques de alcornoques y pinos, junto a campos escalonados en bancales que descienden hacia la riera y que contribuyen a mantener la diversidad del paisaje.
El elemento más característico de la masía es la gran torre de defensa, de planta cuadrangular, construida alrededor del siglo XVI, y que responde a la necesidad defensiva de las masías en épocas de ladrones, piratas y bandolerismo. Así, en la masía vivía el caballero que defendía su casa y las otras propiedades del señor. Solo se puede acceder a esta torre por el interior del primer piso de la masía.
Otros elementos destacados de la masía son las ventanas góticas, las aspilleras en todo el alrededor del edificio y las dos gárgolas que representan seres fantásticos. Además, la masía consta de planta baja y piso. Se accede por una puerta adintelada de arco de medio punto, sobre la que hay una aspillera y la ventana gótica que corresponde a la sala. En la fachada se conserva un reloj de sol y restos de una piedra clave empotrada en la ventana de la planta baja con la fecha de 1562.
Este es un conjunto muy bonito porque, junto a la masía, se encuentran grandes árboles como plátanos, almeces o el alcornoque de al lado de la era.