Introducción
La Casa Nova de Pibernat es un buen ejemplo de cómo las masías contribuían a modificar y diversificar el paisaje de su entorno. Esta diversificación mejora la biodiversidad puesto que favorece la presencia de nuevas especies, tanto animales como vegetales, en estos ambientes abiertos.
El encinar, tan cerca de los campos, es un hábitat idóneo para el corzo, un pequeño cérvido, difícil de ver, que se está esparciendo por la sierra, aunque no de manera excesiva. Tejones, jinetas, garduñas y otros mamíferos, en cambio, son más fáciles de ver por los alrededores de estas masías.
Estos campos actualmente se siembran con forrajeras o cereales de secano como la avena. Fíijaos en la era, donde se separaba el grano de la paja. Además, un poco más adelante, se abren unas fantásticas vistas al mar. El monte más alto es el Puig del Montalt.
Seguimos por la derecha, por el camino de la Figuerassa (en castellano, del nopal).