Introducción
Marzo de 2014. Desgraciadamente el fuego es una perturbación recurrente en Les Gavarres. Como puede apreciarse, el bosque mediterráneo, ampliamente extendido en el macizo, está adaptado a estos incidentes. Como en otros lugares, no supone un volver a empezar de cero, sino que son muchas las especies vegetales que tienen sistemas para recuperar la parte aérea quemada.
Fijaos en la rápida respuesta de la vegetación. Madroños, brezos y encinas rebrotan de la cepa. Los alcornoques que no han sido muy afectados y protegidos por su corteza aislante, rebrotan de arriba la copa. Las semillas de las estepas germinan gracias al fuego.
El fuego, pues, nos da un cambio de aspecto del paisaje, lo simplifica y al mismo tiempo deja al descubierto huellas de la actividad humana anterior. Bancales, barracas y muros de piedra seca de cuando el cultivo de la vid ocupaba el lugar del bosque actual.
Cuando el incendio no afecta a una gran extensión, una de las peores consecuencias es la pérdida de suelo, que dificultaría el establecimiento de la nueva cubierta vegetal.