Introducción
Entre los siglos XVII y XIX se produjo el grueso de la desecación de humedales, estanques y marismas, lo que permitió desarrollar una agricultura de llanura y, cuando era posible, de regadío, que complementó la tradicional producción de trigo, cebada, viñas y olivos, y pudo servir así de sostén a la creciente población del área.
La desecación de zonas húmedas, tanto en el Baix Ter como en la vecina llanura del Alt Empordà, dejó al descubierto suelos arenosos. Con la tramontana, estos terrenos fueron erosionados y el sedimento se fue depositando en puntos como la vertiente norte del macizo del Montgrí y al pie de las montañas de Begur. Como resultado se formaron grandes dunas móviles de tipo continental, que con su avance, unos cinco metros anuales, comenzaron a sepultar prados y cultivos.
Esta pinar de pino blanco constituye una masa boscosa de apariencia prácticamente natural, aunque debe su origen a la ejecución de planes de fijación de estas dunas mediante la plantación de vegetación a principios del siglo XX.
Fuente: Observatori del paisatge