Introducción
Espectaculares vistas al sur en dirección a la alta Garrotxa, el Collsacabra y hasta el Montseny si el día es claro.
Esta cresta es ideal para establecer pastos y gestionar los rebaños de vacas y caballos.
Las cercados o vallados, móviles o fijos, son de gran importancia para recoger y concentrar el ganado para su manejo: tratamiento, marcaje, etc. Estas estructuras pueden ser más complejas cuando deben servir para elegir el ganado. Aparece un pasillo y se llaman mangas. Bajo las balsas de Puig Sec, en dirección a la Torre de Mir, hay una.
Las cabañas primero y los refugios después, son de la época de cuando había que permanecer en la montaña para vigilar los rebaños todos los meses de verano, pero hoy la proximidad de caminos y los vehículos todo terreno permiten que los ganaderos jóvenes no tengan que estar allí las 24 horas del día.
El ganado pasa en julio, agosto y septiembre, y hasta hace pocos años todavía era vigilado por Cisco del Carol, el último yegüerizo de Molló. A finales de septiembre, por San Miguel, los propietarios del ganado van a Rojà para recoger las yeguas y caballos. La trashumancia desde Rojà termina otra vez en el municipio de Molló, cerca del Costabona, donde se esperan hasta el día 13 de octubre para llevarlos a la feria de Espinavell.
Por San Eduardo, el 13 de octubre, los ganaderos acompañan caballos, yeguas y mulatos a las Planes d'Espinavell. Cerrados todos los tratos, los ganaderos separan los mulatos (crías o pollinos) de las yeguas y caballos, de ahí el nombre de Tria (elección) de Mulats, y una vez separadas vuelven a los pastos cerca del Costabona, donde esperan su traslado a los corrales y los prados, cerca de la masía de sus propietarios.