Introducción
Tenemos que remontarnos al siglo XV para acceder a las primeras noticias sobre el cultivo del arroz en la llanura del Bajo Ter. No obstante el riesgo sanitario de desarrollo de enfermedades graves asociadas a los mosquitos, el mayor rendimiento de este cultivo en relación con el trigo, justifica que el cultivo del arroz se mantuviera durante setecientos años. Sin embargo, en el año 1837 una real orden prohíbe el cultivo del arroz en todo el Ampurdán, porque, erróneamente, se le atribuye la causa de la peste. Evidentemente, el cultivo se recuperó a lo largo del siglo XX, tal como podemos ver.
Merece la pena destacar la importancia de este tipo de cultivo por su relevancia ecológica y paisajística. La disposición de agua en el arrozal hace de este un rico ecosistema, donde la proliferación de plantas flotantes y sumergidas atrae gran cantidad de animales acuáticos que al mismo tiempo sirven como alimento para anfibios, aves y mamíferos.